lunes, 19 de diciembre de 2011

Una propuesta indebida

Esa noche le dije que lo quería besar, no solo un beso afectuoso o romántico sino algo mas. Quería besarlo todo el día, entrar a una función de cine y no voltear la vista sino hasta que los títulos finales empezaran a aparecer. Quería quedar con los labios exhaustos, la lengua dormida y sentir el gusto de su aliento. Quería sentir que era tener un amante, un novio, un agarre. 


Tu te emocionaste al instante, lo planeaste todo con una excitación ingenua que luchaba por creer que el día estaba próximo, que ello era la promesa de algo mas, no solo la locura de un día.

Y me pediste una sola cosa:
“Cuando me veas, quiero que te aproximes a mi, me mires fijamente a los ojos y sin decir ni una sola palabra me des un beso como nunca lo has dado, largo, apasionado e intenso. Así se rompe el hielo”

El trato estaba hecho, por un dia seriamos los amantes desesperados, seria una cita a ciegas de corazones solitarios.

Pero la providencia tendria otros planes, los dias pasaron, las palabras se quedaron en el limbo de los deseos, aun espero el dia en que mis labios dejaran de estar secos. 

viernes, 9 de diciembre de 2011

ENVIDIA DE UN SUEÑO

¿Por qué el cielo es verde 

y las lágrimas rojas?


La niebla aclara la vista

del pájaro que vuela

en aguas profundas.



Las nubes se detienen 

a tomar agua y reir

las luciérnagas conversan

y recuerdan la historia

del gato que quería

tocar el violín

y del cerdo que tenía

voz de tenor.


Las hojas se reúnen 

en el punto ciego del jardín

el niño llora rodeado

de estrellas y luceros 

la tierra se arrastra

dentro del cenicero.


Y el zapato perdido

jamás fue recuperado.

jueves, 8 de diciembre de 2011

ROSA ESCONDIDA BAJO EL LLANTO DEL MUERTO

Quiero ver una lágrima caer de tu mejilla,
roja como el alba y dolorosa
como la espina que provoca su cauce.

Quiero ver tu rostro sin la máscara
de engaños que recubre tu mirada.
Quiero que me susurres tus deseos
y que se funda en un abrazo
la pasión de tu alma.

Quiero ver el reflejo de la luz
en tus lágrimas dulces,
y ver una flor dibujarse
sobre el lavabo.
Flor que hiere y recuerda
la soledad de mi alma 
y que se desintegra al lavar
mis pecados en el olvido.

No te quiero olvidar,
quiero que me olvides
para no tener que cargar
con tus lágrimas de sangre
jamás vertidas.

Quiero que olvides que tu
me enseñaste a amar
porque sin tu amor
yo aprendí a amarte.

Quiero sentir ese amor 
que me quema por dentro
amor desierto y lejano
como la arena bajo el ataúd.

Llena mi sombra con tus suaves
lágrimas de rosa,
tersa caricia imaginaria,
dulce sueño que no quiero.


Quiero olvidarte
para que tu me olvides
y encontrar luego otro
corazón para sorber
sus lágrimas y saborear
un dulce amor correspondido.




miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿A qué sabe el llanto?

Mi mente se llenó de bruma y mi respiración se entrecortó, como si un gran peso se depositara de súbito en mi pecho. Mi nariz se obstruyó por viscosidades verdes y una gota amarga nubló mi vista. 


Otra vez, de nuevo, experimento una desértica y fría soledad en estas frías sábanas y en este gélido silencio impuesto. 


Sí, silencio, porque el llanto es un lamento penoso, es vergüenza, es debilidad del alma y burla del mundo. Apreté con mi mano mi nariz y me tragué mi bagre pena. A eso sabe el llanto, a fracaso, jamás me sentí tan distante del mundo como esta noche. 


Se detiene por instantes y parece que lo único que jamás se detendrá es ese sabor amargo de la piel humedecida por cristalinas gotas inexistentes. Su sabor no se comparte y si se hace sólo produce aumentar su amargura, quedas como una imbécil y te observan como en el zoológico observarían a dos orangutanes escarbarse las liendres.


Sabe a sueño perdido y a un amor no encontrado. No me hace bien, pero no puedo evitarlo. Quisiera que me abrazaras como esa noche, pero que no me soltaras nunca ni que te limitaras a consolarme. Sólo quisiera que me amaras, es mucho pedir a una lágrima amarga. 


¿Por qué es tan fácil tirar una carcajada al viento, cuando no se puede ahogar un lamento más que con la almohada? 


Quiero gritar mi llanto, pero mi respiración cortada no la escucha ni el grillo fuera de mi ventana, ni la luz nota las manchas de las lágrimas vertidas en la funda. Por algo Dios las hizo transparentes, no como la sangre que alarma con una sola gota. No, las lágrimas son transparentes porque el llanto es sólo mío, a nadie más le interesa, nadie más lo verá como yo lo veo en esta noche fría de invierno.